jueves, 18 de septiembre de 2008

REIKI, ESA MISTERIOSA ENERGÍA (2ª parte)


El vocablo "Reiki" procede de Japón y hace referencia a un tipo de energía que se encuentra en todas las formas de vida, un tipo de energía invisible al ojo y que sostiene la vida, la ordena e imprime una dirección evolutiva a todo lo que existe Desgraciadamente, hoy en día damos todo por echo: que los planetas se mantengan en equilibrada armonía en el vacío del sistema solar, que un árbol esté contenido en una semilla, que un cuerpo físico resuene con las emociones del Amor y el Odio, que la vida dance en un ciclo continuado de nacimiento desarrollo y muerte-trasformación en los 4 reinos: mineral, vegetal, animal y humano.

¿Estamos tan ciegos realmente que somos incapaces de ver que existe una Fuerza que cuida este Jardín Universal de vida? Y no me estoy refiriendo a "cuidar" en el sentido de evitar la violencia y el mal en nuestro pequeño mundo, sino a CUIDAR en el sentido de sostener y potenciar la diversidad de lo creado y las experiencias de vida en el Universo entero. Pues bien, esto que algunos han llamado Dios, o Arquitecto del Universo puede identificarse de alguna manera con la idea de "KI" como se lo conoce en Japón, también llamado "PRANA" en India o "CHI "en China.




Otro ejemplo. Partiendo de los 4 Reinos conocidos por el hombre: mineral, vegetal, animal, humano, en todos ellos se manifiesta esta energía...Todos sabemos por lo aprendido en el colegio que en el reino mineral, la diferencia entre el oro y la plata, o entre el carbón y el hierro sólo depende de la organización interna de los átomos y moléculas que lo componen, es decir, que dado un mineral como el hierro, si reorganizamos su composición molecular de otra manera, tendremos oro, de otra, plata, de otra manera obtenemos carbón, y así sucesivamente. Os habeis preguntado que extraña fuerza determina que "x" organización atómica produzca "x" mineral. Es más, qué extraña fuerza mantiene constante la organización atómica del oro, o del hierro, para que no se produzcan alteraciones saltos y anomalías constantes en el mundo subatómico, lo cual derivaría en el caos absoluto. Creemos que eso está así porque si, sin más?

¿Os dais cuenta que toda la Tierra y me refiero especialmente a las entrañas del planeta, es un jardín de minerales diversos, básicos para la vida de plantas, animales y hombres, que se nutren de ellos?. ¿Habéis pensado alguna vez que cada elemento de nuestro cuerpo físico: huesos, músculos, tejidos, sangre...está hecho de los mismos minerales que previamente a nuestra aparición existían ya sobre la Tierra? No hay un sólo elemento de los que está hecho nuestro cuerpo que no proceda o esté contenido en la Madre Tierra. Cierto que nuestra organización molecular es distinta y más compleja, y lo es porque esta creada para soportar una CONCIENCIA. Podríamos decir que nuestro cuerpo es un mineral con conciencia.

Con todo ello quiero decir que esta fuerza llamada Ki está en todas partes, y como me referí en la primera parte de este artículo (mes de ) el ser humano ha tratado de comprenderla y usarla con diversos fines desde los albores de la civilización. Fue a comienzos del siglo XX cuando el monje sintoista Japonés Mikao Usui, estableció un método para concentrar esa fuerza vital y dirigirla a voluntad hacia uno mismo o hacia otros a través de las manos con diversos fines: sanar dolencias físicas, equilibrar emociones, sosegar y aclarar la mente, comprender el sentido espiritual de nuestra existencia como individuos y como raza. Ciertamente esta energía fluye a través de todo. Como decía Yogananda en sus lecciones de "Pranayama" (una de la 8 diferentes vías del Yoga encargada del estudio y control del Ki o Prana) un ser humano puede aguantar sin respirar varios minutos, pero sin el "Ki" caería fulminado al instante. Sólo tenéis que fijaros como cuando la chispa de vida o Ki-Luz abandona un cuerpo humano, este aparece a nuestros ojos como una carcasa vacía que se va deteriorando y pudriendo hasta reintegrarse al mundo mineral.



Usui adaptó y enseñó una manera de conectar con el "Ki" desde comienzos del siglo XX fundando la Gakkai Reiki en Japón, y formando diferentes maestros en un aprendizaje que iba desde el Nivel I al III, y culminaba con la Maestría. Tras más de diez años de trabajo con Reiki, abriendo siempre mi mente para entender el proceso de conexión y canalización de esta energía tan especial, voy a daros mi punto de vista de qué es lo que sucede cuando trabajamos con ella. Me entristece escuchar en ocasiones a personas que hablan del Reiki con temor e ignorancia. Me han llegado personas a ponerse en tratamiento que venían con ideas extrañísimas acerca del Reiki, en las que se mezclaban miedos infundados, referencias espiritistas, sombras que les acompañaban y cosas por el estilo....Solo un ejemplo. Hace tiempo inicié a una persona que posteriormente comenzó a hacer Tai Chi. A la tercera clase le comentó a su profesor una serie de sensaciones curiosas que experimentaba físicamente, y el profesor le respondió que cómo era eso posible si esas sensaciones no empezaban a percibirse hasta una práctica avanzada de trabajo diario con Tai Chi. La razón de su extrema sensibilidad para percibir el movimiento de la energía era que la Iniciación en Reiki le había abierto y equilibrado sus canales de energía y sus chakras que ahora se encontraban plenamente activos y desbloqueados.


¿Cómo el trabajo con Reiki, un medio de conexión con el Amor Universal, una energía que al ser aplicada sana las enfermedades, desbloquea tus chakras, eleva tus niveles de energía, aumenta tu vibración haciéndote más intuitivo y compasivo, más consciente y claro en la consecución de tus objetivos espirituales... puede atraer algo malo?

¿Cómo daremos Reiki tras nuestra Curso de Iniciación?

El practicante de Reiki debe conectarse con la Energía o "Ki". Lo hace valiéndose de su respiración, elevando su frecuencia vibratoria y eliminando de si mismo las distorsiones que puedan producir sus pensamientos o emociones procedentes de los juicios o sensaciones captadas por su "personalidad" o "ego". Esto no le resulta difícil tras el curso, ya que la Iniciación que le ha realizado su maestro le permite recibir el Ki de forma natural de manera mucho más intensa de lo que lo recibimos habitualmente. Conectar con Reiki es el arte de desaparecer de ti mismo para fluir con la vida, con la atmósfera de paz que rodea a todos los seres humanos y con la que es tan difícil conectar a causa del ritmo de la vida diaria. Nos hemos olvidado de sentir y fluir con la naturaleza de las cosas que nos rodean.

Una agradable sensación de calor y relajación intensa comienza a recorrer todo tu cuerpo. La mente deja de enviar pensamientos, sosegándose y las emociones se remiten solo al aquí y al ahora del momento presente. Experimentamos unos momentos de calma total, de reposo absoluto semejante al que teníamos en el vientre de nuestra madre antes de que tuviésemos material alguno de vida (recuerdos, vivencias) sobre las que pudiésemos pensar o emocionarnos. En ese recreo para el alma, en esos momentos de profunda desconexión de los asuntos materiales de la vida diaria, le damos al cuerpo un tiempo de vital importancia para que reactive los procesos naturales de autosanación y "tome" todo el "Ki" que necesita. Tengamos en cuenta que al cesar nuestro control, atención y tensión mental-emocional-corporal toda la energía que malgastábamos en ello se orienta desde la calma y la paz a recibir más y más Ki.

Es entonces cuando elevamos las manos con las palmas hacia arriba, y comenzamos a sentir en ellas el Ki: hormigueo, calor, una suave vibración. Es interesante en ese momento ejercer la fuerza de la voluntad o poder personal a través de la palabra hablada (el poder del "verbo creador" y nuestro nombre propio diciendo: "Yo... pido al universo toda la energía necesaria para mi bienestar y sanación". Posteriormente podemos acercar lentamente las manos a nuestros Centros de Energía llamados Chakras (tenemos 7 principales): en la zona de la corona (7), frente (6), garganta (5), pecho (4), estómago (3), bajo vientre (2), y zona genital (1), cada uno de los cuales rige una actitud vital, a saber: conexión con el orden universal (7), intuición y visión interior (6), claridad y verdad en la expresión de lo que somos (5), capacidad para amar y ser amado incondicionalmente (4), centro del poder, la voluntad, la autoestima y el magnetismo personal (3), capacidad para obtener amplia satisfacción de las acciones diarias, tanto las aparentemente favorables como las aparentemente desfavorables, felicidad, plenitud (2), y por último el primer chakra, en la zona genital, rige los miedos, los apegos y los deseos incontrolados y perjudiciales. No necesitaremos siquiera tocar para sentir como algo se muve en sentido circular en esas áreas del cuerpo.

Recordemos que la palabra Chakra es una palabra sánscrita (antigua lengua hindú) que significa rueda o "disco que gira". Sentiremos que de nuestras manos surge una fuerza vibratoria que limpia y desbloquea los chakras. El nivel de bloqueo de nuestros chakras, como se aprende durante el curso nos la da el "hibiki" que significa "resonancia" en japonés. Ocurre que cuando el Ki o Energía Pura que tomamos de nuestra conexión, sale desde nuestras manos y llega al chakra antes de penetrar en la esfera física del cuerpo, se producen diversas sensaciones que resuenan en nuestras manos, y eso que resuena llamado "hibiki" nos da la pauta de bloque de dicho chakra. Dependiendo de la intensidad del "hibiki" tendremos el nivel de bloqueo de nuestro chakra y entenderemos porqué en nuestra vida mantenemos actitudes, inercias, negativismos y miedos difíciles de cambiar. Reiki favorece siempre el cambio positivo y su eficacia ha llevado a considerarlo necesario para complementar la Medicina en la Seguridad Social Británica y El Instituto de Salud de los Estados Unidos. Hay varios hospitales españoles que ya lo incorporan para tratamientos de todo tipo: evitar infecciones y rechazos de órganos, para elevar las defensas, ayuda en la cicatrización, reducir efectos secundarios de la quimioterapia, fracturas, procesos alérgicos... por no hablar de los inmensos beneficios que aporta en el campo de la psicología humana. Hoy en día el Hospital Ramón y Cajal de Madrid ha emprendido un estudio científico sobre los sorprendente efectos terapéuticos del Reiki.



Cuando aplicamos Reiki a terceras personas usamos como con nosotros, nuestras manos como herramienta terapéutica, transmitiéndole "esa atmósfera de claridad" con la que previamente nosotros hemos conectado, y sumiendo a nuestro "paciente" en un estado de paz especial en el que llega la armonía a su cuerpo, mente y emociones. Hay que permitir que el cuerpo reactive su capacidad natural para sanarse, y para ello a veces necesitamos de alguien experimentado para que nos proporcione dicho espacio de claridad para que podamos ordenarnos en esos tres niveles de existencia: corporal, emocional y mental. Cuando esto sucede comenzamos a recibir extrañas sensaciones, visiones de nuestra vida o mensajes personales de contenido espiritual que reconfortan nuestro ser y nos muestran el sentido de todo lo que nos esta ocurriendo, por qué y para qué en este preciso momento. Al trabajar con Reiki uso se hace consciente de que venimos a este mundo a aprender de las experiencias que derivan de nuestras elecciones.

Creo que el ser humano es fundamentalmente un ser que "ELIGE" vivir esto o aquello, y de sus decisiones derivan acontecimientos que le plantean retos y nuevos aprendizajes que lo van forjando. Uno puede escoger también evolucionar y ser cada día mejor, o estancarse, permanecer y dejarse llevar por los acontecimientos mientras su energía se agota. Si encuentras un buen terapeuta, éste no se limitará sólo a darte Reiki, sino que responderá con claridad a tus preguntas y dudas acerca de las sensaciones que experimentes, y como se relacionan dichas sensaciones con tus estados corporales, emocionales, mentales y espirituales.

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