miércoles, 27 de octubre de 2010

EL PODER MÁGICO DE LA ESCRITURA
"El arte de la Escritura y la Recapitulación Chamánica como vía de Sanación"

Llevo tiempo pensando en escribir este artículo, fruto de un descubrimiento personal realizado en torno al año 2006. Aquel año inicié un diario, pero no un diario al uso acerca de hechos, viajes o sucesos personales. Era más bien un "Diario Psíquico", en el que relataba los procesos internos de transformación que experimentaba por aquel tiempo: sueños inquietantes, señales recibidas durante sueños lúcidos que durante el día cobraban sentido con un "encuentro fortuito" o la resolución de un problema o incógnita personal, experiencias extrañas fruto del Trabajo con Reiki y la Energía Consciente, vivencias que me relataban otras personas en privado, dado que la singularidad y rareza de dichas experiencias podían ser tomadas por los desvaríos de un loco si fueran relatadas en sus círculos más próximos, casualidades imposibles, viajes fuera del cuerpo, extrañas sensaciones experimentadas tras la muerte de un ser querido...Todo ello era recogido POR ESCRITO en dichos diarios, de forma sistemática y sincera, sin un ápice de fabulación: tan solo hechos vividos. Con el paso del tiempo, todo lo allí escrito comenzó a tomar forma, como si una Unidad de Sentido se apoderara de todos esos retazos de información, que como piezas de un puzzle, finalmente y solo al cabo del tiempo, revelaban la imagen que se cifraba en su interior. No fue mi intención descubrir nada, solo escribir, pero la propia escritura, por sí sola, obró la magia. Esa imagen formada al finalizar los diarios y dejar que el tiempo me proporcionase la perspectiva suficiente para volver sobre ellos, dió lugar a un método de sanación basado en la Recapitulación de de tu propia vida y la escritura.


Dice Fritz Perls, el decubridor de la "Terapia Gestal", que el hombre puede pasar por la vida como víctima de los sucesos vividos, o bien puede hacerse consciente de dichos sucesos y "descubrir" los tesoros extraños que se ocultan debajo de ellos. Buda lo decía de otra manera: lo que vemos es ilusión ("maya") fruto de un uso inadecuado de esa maravillosa herramienta llamada mente. La vida hay que descubrirla, oculta tras el manto de las apariencias externas de las cosas, para poder llegar a lo que los filósofos de la antigua Grecia llamaron "la esencia". Incluso el Arcano número 10 de el Tarot (palabra en clave de "Torah" o "Ley" judaica por la que se ordena el Cosmos), nos habla de lo mismo; el naipe 10: la "Rueda de la Fortuna" nos induce a reflexionar acerca de las diferentes etapas vividas para ver qué aprendizaje debimos recoger en cada una, y que quizá no hayamos recogido. Cada etapa nos trae una vivencia de cuyas reacciones aprendemos quienes somos, que potencial tenemos y qué es lo que todavía nos falta por aprender (aquello que una y otra vez y de forma cíclica vuelve a nuestra vida para traernos problemas). El Tarot es un antiquísimo sistema de "juego meditativo" que nos induce, a través de símbolos, a exteriorizar los procesos internos y entender el por qué vivimos lo que vivimos (nunca fue un sistema de adivinación ya que el futuro se hace en cada decisión tomada). Pero volvamos al tema de la escritura:

La escritura, según los mitos de la antigüedad, fue dada por los dioses a los hombres. Todavía recuerdo un documental sobre tribus primitivas que desconocían el poder de la palabra escrita, en el que se mostraba dicha magia. Toda la tribu estaba reunida, expectante ante una supuesta demostración mágica a cargo de aquellos "hombres blancos". El experimento consistía en que un miembro de la tribu contaba un hecho particular al uno de los antropólogos. Este iba apuntando extraños símbolos en un papel a medida que el indígena relataba su historia. Una vez terminada, el antropólogo entregaba aquel pliego de papel lleno de manchas a uno de sus compañeros que estaba a unos 20 metros de distancia sin mediar palabra. Aquel segundo hombre, parecía mirar con atención aquellas manchas, y una vez hubo terminado de fijar su atención sobre el papel era poseedor del conocimiento exacto y minucioso del relato que el indígena contó a su compañero blanco...¿cómo era posible, sin mediar palabra, sin mediar gesto alguno, solo a través de aquellas manchas...? ¿se podía transportar historias, conocimiento, información...a través de esos trazos extraños...?. ¡Cuanto Poder en la escritura!.



Este es el poder mágico de la lengua escrita. No en vano cuando Gutenberg inventó la imprenta hacia el año 1440, muchos fueron conscientes que el mundo iba a cambiar totalmente. La información podía ahora fluir con rapidez, reproducirse en multitud de copias dispuestas a ser distribuidas a un público más amplio que ahora gozaba de información fresca para poder indagar por uno mismo sobre la realidad. Antes de la Imprenta, un libro era tediosamente copiado e ilustrado en los "scriptoria" medievales, centros monásticos que guardaban celosamente las singulares copias de tratados de sabiduría que el Mundo Antiguo había llevado tras azarosos desencuentros hasta ciertas abadías. Si después de la invención de la Imprenta un libro era un objeto de culto reservado a ciertos individuos de los más altos estamentos sociales, antes de su invención, un pergamino, rollo o códice era un tesoro de incalculable valor, quizá único en su género. Si dicho códice se quemaba o destruía, puede que no existiese una réplica del conocimiento que albergaba: quiza un texto único de Epicuro, quizá la Fisica de Heráclito o un tratado matemático de Euclides...todos ellos herederos de un conocimiento aún mucho más antiguos que aquellos filósofos-científicos que dieron origen en Grecia al pensamiento Occidental a partir del siglo VI antes de Cristo. Pero dicho conocimiento, pensemos, ya estaba muy maduro en aquel tiempo, es decir, debía proceder de fuentes ya extinguidas muy anteriores a esa fecha, incluso anteriores a las pirámides Egipcias de la meseta de Giza datadas oficialmente hacia el 2.500 antes de Cristo.



La escritura es la traducción gráfica de una lengua hablada, y no todas las lenguas son igual de sabias. Por ejemplo, cuando los conquistadores franceses llegaron en el siglo XVII a la zona de lo que hoy ocupa Nueva York, los indios comentaron acerca de la lentitud de nuestra lengua. Mientras nuestros palabras definían una sola cosa de cada vez y nuestros verbos relataban acciones pasadas, presentes o futuras, su lengua, con una sola palabra, refería toda una frase: Ej: "el niño que se hizo hombre en el estanque sagrado y toma su poder del agua". Igualmente sus verbos indican no solo acciones que ocurrieron, están ocurriendo u ocurrirán, sino que van más allá. Nos transmiten información acerca de acciones que realizándose en un tiempo pasado, presente o futuro, tendrán un fin evolutivo para quien las realiza, o cuyas consecuencias sumirán a su protagonista en una cadena de desdichas, son inducidas por el espiritu o por el ego, pertenece a la naturaleza del espiritu del agua o del fuego... Con esto quiero decir que existen lenguas de una profundidad extraordinaria, que comparadas con el castellano, inglés o francés, que sirven tan solo a la razón, al utilitarismo práctico, van mucho más allá. Un poeta en estas lenguas debe jugar de forma compleja con el lenguaje, retorcerlo, alterarlo recuriendo a metaforas, metonimias, hiperbaton y demás recursos literarios para aludir al infinito , ya que su lengua por sí solo se se revela insuficiente para tales "viajes".

Por ejemplo el alfabeto hebreo posee 22 letras que se corresponden con los 22 primeros números y tienen también una correspondencia simbólica con los 22 Senderos Sagrados de la Cábala Mística judía y los 22 Arcanos del Tarot. ¿Increible no?. Es una lengua matemática y simbólica, sistema de escritura tan refinado y profundo que ocupó muchísimo tiempo de estudio a personajes de la talla de Newton, Pascal o Einstein. Tomemos por ejemplo la letra "HEI" hebrea. No solo es una "H" sino que en su forma, además de otros muchos significados encierra un ideograma: (una idea reflejada en su forma).

-Mientras el palo horizontal superior representa el PENSAMIENTO (que es aéreo y pertenece a la esfera mental) el palo vertical que llega al suelo formando ángulo recto con el anterior representa el HABLA. Lo pensado en la mente es expresado con la palabra van de la mano. Pero lo interesante y el mensaje viene ahora: un tercer palo vertical sin unión alguna con los otros dos desciende verticalmente, aislado, como separado del ángulo recto anterior. Este tercer palo representa la ACCIÓN. Con ello nos quieren decir que pensamiento y habla van unidos, pensamos y a continuación expresamos con el habla, pero a la hora de actuar solemos no ser consecuentes con nuestros ideales pensamiento ni la expresión hablada de los mismos. Lo que hacemos, cómo actuamos en la vida, en la mayoría de los casos no tiene nada que ver con lo que pensamos o predicamos. Nuestras acciones están constantemente poniendo en entredicho nuestras creencias y lo que predicamos: Ej: Pensamos racionalmente, decimos que el ser humano es un ser racional, pero a la hora de actuar nos cargamos el planeta, contaminamos y hacemos la guerra. O pienso de forma crítica sobre un suceso, lo critico abiertamente en una tertulia con los amigos, y días después actúo en contradición a lo pensado y afirmado con la palabra.



¿Por qué el acto de escribir es sanador? Porque rellena el abismo que nos muestra la letra "HEI", abismo que separa el Pensamiento, la Palabra y la Acción. Escribir acerca de nuestra vida, de nuestros procesos internos, crea un puente de unión entre el pensar, el decir y el vivir, y nos permite hacernos conscientes. Es curioso que incluso en nuestra lengua la letra "H" tenga forma de puente verdad: un puente que nos invita a cruzar...Uno de los grandes dramas de nuestro tiempo es que vivimos "separados de la vida". Se que es difícil explicar esto. ¿Qué quiere decir "vivir separados de la vida" (ver el artículo de "Enemigos de la vida: las variadas formas de la Sombra" mes anterior). Quiere decir lo siguiente: sabemos lo que debemos cambiar en nuestras vidas, pero tenemos miedo a hacerlo, vivimos paralizados, bloqueados en situaciones de las que deseamos salir. Como no podemos vivir la vida que deseamos, ensoñamos e imaginamos otra vida para nosotros, aquella con la que quizá habíamos soñado tiempo atrás. Hablamos de proyectos nuevos, expresamos deseos, pero nada se manifiesta en la acción, nada parece cambiar, y cada vez, nos sentimos más confusos. Pasan los días, pasa el tiempo, y como robots repetimos los mismos patrones día a día, atraemos a nuestra vida las mismas situaciones conflictivas, y de forma cíclica surgen una y otra vez el mismo tipo de problemas y comeduras de coco. La confusión y desorientación vital que tanto abunda, y que genera tanta inseguridad a la hora de tomar decisiones o de sentir nuestro "poder personal", surge a causa de vivir demasiado en la mente y en la palabra, fabricando sueños que no se realizan en tierra, energía psíquica que no se descarga en una acción, que no se materializa, y termina por "sobrecargar el sistema". Uno debe aprender a usar su mente y no ser usado por ella. Los hombres de conocimiento de la antigüedad advirtieron acerca del imparable "dialogo interno", un fluir constante de pensamientos que surgen en nuestras mentes y que no nos dejan descansar. Algunos de estos pensamientos nos arrastran e implican emociones dolorosas, recuerdos, juicios que a su vez generan nuevos pensamientos...Tanto en la calle como en casa o en la cafetería, nuestra mente no para. Esta rueda aparentemente imparable, este "diálogo interno" consume nuetra energía y deteriora la claridad mental. Esta actitud también es "vivir separados de la vida" (ya que vivimos en nuestros pensamientos y nuestros juicios).

¿Pero cómo podemos cambiar eso? A menudo mesiento paralizado para actuar, bien por miedo, bien por impedimentos y obstáculos que mi mente considera insalvables. ¿Cómo puedo vivenciar la vida de forma más expontánea, más consciente; ESCRIBIENTO UN DIARIO PSÍQUICO, un diario en el que vayamos reflejando nuestros procesos internos, nuestras impresiones y emociones sobre la vida. No escribir sucesos sin más, sino el contenido emocional que ha despertado en mi dichos sucesos, y las reflexiones que me traen. Incluso impresiones y reflexiones que analicen y cuestionen mi manera de sentir y de pensar. Qué me hace sentir la relación con mi padre, con mis hermanos, con mi madre, con mi grupo de amigos...Cómo me encuentro hoy, que cosa me ha decepcionado, que situación me ha hecho sentir bien. Al hacerlo comprobareis como el bolígrafo toma el control y comienza a relatar cosas que parten de nuestro inconsciente, a expresar impulsos internos miedos, juicios, estructuras mentales que al ser reflejadas sobre papel y vistas desde fuera, resultan de un gran poder sanador. Estareis "dibujando" un retrato de vosotros y vosotras mismas, y cuando veais el resultado, os aseguro que os sorprendereis. Muchos escritores famosos comenzaron a escribir con la intención de exorcizar sus demonios interiores, sus bloqueos y sensación de ahogo ante una vida que no les gustaba. Cuando lo hicieron, cuando "pusieron en acción" todas esas reflexiones descubrieron que una fuerza extraña iba surgiendo a medida que escribían, y se iban liberando, conectando con una energía ligera que les aportaba claridad y transformaba sus vidas. Repito, no hay que intentar escribir una novela, sino probar con un diario íntimo.


Con la escritura de nuestros procesos 1º mentales, 2º emocionales y 3º espirituales o abastractos (a los que también hay que dar salida y expresión), hacemos presente y consciente mucha información que de otro modo queda en el ámbito incierto de las ideas. No sabemos quienes somos porque nuestras acciones, nuestra forma de actuar, está disociada, separada de "quienes pensamos y decimos que somos"; me explico: pienso que soy así o de tal otra manera, digo y pregono que soy esto o lo otro, pero en realidad, en el mundo de los hechos no se refleja todo ello. De alguna manera soy víctima del autoengaño, de la ilusión en la que vivo creando una visión selectiva, ideal y mejorada de quien soy. Por eso es que muchas personas (desde fuera) nos ven de forma diferente a como creemos que somos, y entonces llega la decepción. Cuando nos dicen como nos ven, nos defraudan y dañan porque rompen la imagen ideal que tenemos de nosotros mismos (pensad en esto, obsevaos).

Pero existen más beneficios en el hecho de escribir un DIARIO PSIQUICO. No solo nos acerca a la realidad y nos hace conscientes de los procesos internos que son la misma vida, sino que también refleja un conocimeinto fundamental en la vida humana y del que casi nadie se percata: la diferencia y en ocasiones el conflicto entre el centro intelectual de la mente (que analiza, que premedita la vida, que valora consecuencias, que especula y sopesa adelantándose a los hechos que están por vivir) y el centro del corazón (que fluye, que es expontáneo, impulsivo, intuitivo e instintivo, y que vivencia la vida sin meditar los riesgos, acción pura).


-Me cuesta escribir porque no sé que poner...me acerco al diario y siento una mezcla de miedo e impotencia, porque no me viene nada.

-¿Cuando te ocurre eso, donde sientes que esta tu centro de gravedad?

-En la cabeza, sí...creo que estoy en mi mente. Pero luego me pongo, elijo un tema, o una sensación agrable o que me preocupa y me dejo ir, escribo de forma fluida, de tirón. A veces ni siquiera me doy cuenta de lo que estoy escribiendo, y cuando luego lo leo...me sorprendo.

-Bien, y cuando actúas así, mientras escribes de esa manera tan suelta...¿donde sientes que está tu centro de gravedad?

-No sé...es extraño...desde luego no en la cabeza porque no estoy pensando lo que estoy escribiendo...quiza esté en todo el cuerpo.

-Eso es muy interesante, pues acabas de llegar por ti mismo a una diferencia fundamental, vital: la diferencia entre vivir en la mente que premedita, que proyecta miedos e inseguridades sobre cómo va a ser algo (en este caso el escribir tu diario), y por otro vivir en el corazón, dejar fluir, ser expontáneo y confiar. Cuando uno se entrega a algo y fluye sin más en la acción, sin que la mente intervenga, suceden cosas maravillosas. Luego sí podemos aplicar la mente de forma inteligente y fina para analizar y valorar qué está ocurriendo. Esta manera de actuar premeditando, temiendo este o tal otro desenlace, es la que proyectamos también en nuetra vida y la que nos paraliza. El acto de escribir también te hace consciente de esto, pero solo lo sabrás si comienzas a escribir.


Las palabras recogidas en este artículo quizá te den un momento de visión, cierta claridad, una idea, pero que se disolverá rápidamente en la bruma de la mente y el comportamiento automático. Sólo asentarás esta información, sólo la bajarás al cuerpo y la "vivenciarás" si pones en acción el poder de la escritura. No es la única vía, pero es una vía. Te invito a que la descubras por ti misma o por ti mismo.








1 comentario:

Yanakilla dijo...

gracias david!! a ver si les echo una ojeada... abrazitos de luz.